Sobre reseñas, listas y ¿en dónde quedamos?
Hace unos días busqué, por curiosidad, el nombre de algunos clásicos en Goodreads.
*suspiro*
Fue mi culpa, lo sé. Sin embargo, ver calificaciones de 3 estrellas, me dolió mucho más de lo que esperaba y, más de lo que podía aguantar y me enrollé en una serie de preguntas…
Y yo sé, los libros que me gustan no tienen que ser los mejores ni gustarles a todos. Sin embargo, creo que deberíamos ser capaces de decir que algo no nos gusta y aún así, admitir que son buenos.
Luego, pensé. “Sólo a ti se te ocurre visitar una plataforma de reseñas.”
Entiendo por qué buscamos reseñas. No queremos pasar un mal momento y queremos hacer una buena inversión de nuestros recursos, como energía, tiempo y dinero… Inclusive podría ser un tema de seguridad, ¿no? Visitar un lugar con reseñas en las que la gente se queja del mismo miembro del staff, podría ser… bueno… riesgoso.
En fin.
Sin embargo ¿Tiene sentido que basemos decisiones en las opiniones de otras personas?
“La silla se ve muy barata, el material está muy chafa.”
“La mesera me vio feo y me atendió mal.” (Dijo alguien que se toma las cosas demasiado personales.)
“La película es muy aburrida, nada tiene sentido y es muy larga.” (Dijo alguien sobre una película de fantasía que por un lado está acostumbrado a ver comedias de 90 minutos.)
“Este libro es muy bueno, los protagonistas son super interesantes”. (Dijo alguien sobre un libro de Dark Romance, que disfruta leer escenas sobre violaciones —hay un hype enorme ahora por ese libro, por cierto.—)
Ese libro es basura, es formulaico. (Dijo el académico que todo necesita criticar, aunque nunca te explicaría porque el libro es malo)
Y, entonces, como si no fuera suficiente…tenemos las listas. Agh… las listas. Lo más top: “Los mejores álbumes musicales” por Rolling Stone, “Los más vendidos” según The New York Times, “Los mejores del 2024” según Goodreads.
¿Quién hace estas listas? ¿Quiénes son estas instituciones? ¿Por qué las seguimos?
Oh, sí, y tampoco olvidemos las premiaciones…
En fin.
Seguir o consumir lo más popular, significa ser parte de un grupo, pertenecer a una comunidad.
Sabré yo cuando digo que algo no me gusta y después no me lo quito de encima. La verdad no creo que se trate de querer ser el raro… Nadie quiere no pertenecer a algo, somos seres sociales, de comunidad, aunque eso sean dos personas… es entendible…
Sin embargo, me pregunto… Si continuamos basando nuestros gustos y tomando decisiones con base en lo que otras personas quieren o les gusta:
¿Quiénes somos entre todo eso?
¿Qué nos estamos perdiendo de esta vida si no podemos experimentar cosas nuevas en el arte?
¿Nuestra experiencia estética, nuestros gustos, no deberían construirse a base de vivir?
¿No deberíamos tomar responsabilidad de nuestras experiencias?
Les dije que había espiraleado con las preguntas.
Sólo quería decir que no deberíamos perder de vista que hay industrias que se benefician de esto, como siempre, ineludiblemente y que, de pronto, es como si el mundo se volviera a hacer pequeño, aún ahora, cuando tenemos acceso a mucha más información que antes.